El granito se ha convertido en un material básico en la construcción y mobiliario urbano. Sus propiedades permiten que pueda emplearse tanto en exteriores como interiores, estando muy presente ya en revestimientos y cocinas. Se trata de un material homogéneo, de buena calidad, práctico y muy resistente.

Una de las razones de su elevado uso ha sido la durabilidad que le caracteriza, así como su alto valor estético permitiendo conseguir bonitos acabados que, con el tiempo, consiguen optimizar la inversión realizada. De ahí que ya se emplee para el diseño de encimeras de cocina al proporcionar una mayor resistencia al deterioro.

Se trata de una piedra natural que forma parte del grupo de roca ígnea, creada por la acción del magma que se enfría lentamente bajo la superficie de la tierra, dando lugar a cristales visibles de cuarzo, feldespato y mica. Para valorarlo como granito, su proporción debe contener entre el 10% y 50% de cuarzo.

Desde la prehistoria comenzó a utilizarse para múltiples fines, principalmente, por su fuerza y resistencia. Se formó hace más de 4.000 millones de años en Rusia, África, Canadá, Sudamérica y Escocia, empleado para la elaboración de vasijas, columnas o estatuas.

Entre sus características destacan:

– La densidad varía entre 2,63 y 2,75 g /cm3.

– Su resistencia se sitúa entre 1.000 y 1.400 Kg por cm2.

– El porcentaje de porosidad es bastante bajo, alrededor de 0,4 % a 1,5%.

– Su absorción oscila entre 0,2 % a 0,5%.

De fácil mantenimiento, su estabilidad térmica representa otra de sus propiedades, siendo las mejores categorías muy resistentes a la acción de los agentes atmosféricos.

Como vemos, se trata de una alternativa con múltiples beneficios que nos garantizará buenos resultados adaptándose a las diferentes necesidades que se presenten.

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