La presencia del mármol en la Historia
Las primeras construcciones de mármol datan de la antigua Grecia, concretamente del siglo VI como resultado de la cristalización de la piedra caliza en el monte Pentélico. Este material es considerado el elemento fundamental para la construcción y escultura y su importancia sigue vigente en la actualidad. En este sentido, en la construcción destacan monumentos como el Templo de Artemisa y el Partenón de Atenas, y en la escultura sobresalen piezas como la Venus de Milo o la escultura de Laoconte y sus hijos.
Otra civilización que le otorgó mucha importancia al mármol es la bizantina, a través de la construcción de basílicas y templos. Dos ejemplos claros de su presencia son la Basílica de Santa Sofía en Constantinopla, en la que destacan sus enormes columnas de mármol refinado, y la Basílica de San Marcos, en la que son numerosas las muestras de mármol con fines decorativos.
El Imperio Romano también destacó por la puesta en marcha de edificaciones en mármol como puede ser el Coliseo Romano, donde el mármol tiene una especial trascendencia en el anfiteatro del mismo o la Basílica Ulpia de Roma.
El granito y la piedra caliza tienen un rol importante para la civilización egipcia en sus construcciones y en su arte. La pirámide de Keops es un claro ejemplo de ello, con su construcción basada en bloques de mármol.
Aunque, el edificio histórico en el que el mármol cobra un especial protagonismo, es el Taj Mahal. Y es que esta maravilla de la construcción hindú, que destaca por su simetría, posee toda la cúpula del mausoleo con mármol blanco.
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